La Última Página: "El libro de los Hombres" por Kerala


Borges escribió: Pues ¿qué es un libro en sí mismo? Un libro es un objeto físico en un mundo de objetos físicos. Es un conjunto de símbolos muertos. Y entonces llega el lector adecuado- y las palabras, o mejor, la poesía que ocultan las palabras, pues las palabras solas son meros símbolos. Surgen a la vida y asistimos a una resurrección del mundo. El enigma de la poesía, Borges en Arte poética: seis conferencias pág. 18 Ed. Crítica, 2001, Barcelona.
Es en ese ámbito donde yo sigo reencontrándome con la poesía y prosa martiana. Hoy en el universo de los blogs, citar a José Martí va en dos sentidos: uno, el de la burla y la descalificación y el otro, para descontextualizar sus frases y ubicarlas en el terreno del ataque, siempre. Cuando encontré tu blog, aún no recuerdo ni por cuáles artilugios y misterios, entré escéptica, pensando en cuál espina colgarías tú y fue una gratísima sorpresa. De niña el libro que más me dijo de los hombres y del mundo fue La Edad de Oro. De él también aprendí que las palabras tienen vida sonora y hay que saberlas ordenar porque si no, se rebelan solas y desvirtúan el discurso y que también hay que dejarlas ser, un poco autónomas y fluir con las ideas si estas van llenas de sinceridad. Con la Edad de Oro me enamoré de José Martí y un día descubrí una rara coincidencia. Aquella cabeza que miraba sin ver a la entrada de mi escuela, el escritor que yo presentía imaginando mis preguntas de niña al que no podía imaginar muerto, del que presentía un dolor que nunca nombra; mis soliloquios de hija única y mis ganas de saber, pero de saberlo todo del Dios de las Minucias, era el mismo que mi abuela santera tenía en un altar: “Este fue un hombre grande, mija a él tienes que pedirle mucha luz”. Y así lo hice, cargué con su Espiritualidad en mi interior y también con su Espíritu porque muchas veces me encomendé a su sapiencia. Me tocaron los años en los que hacer una tesis o para defender un Diploma era buen trillo usar a Martí y desde el primer año de la carrera investigué, me convertí en asidua del Centro de Estudios Martianos y atesoré lo que podía conocer. Pero nada comparado a aquel disfrute infantil que me marcó para siempre, con El conocí los registros musicales y semánticos de la lengua española, aprendí de cultura universal y comencé a darle un sentido a la vida, con valores que mis padres de otra forma me querían inculcar. Puedo decirte que La Edad de Oro fue el libro que me enseñó, desde los seis años a leer el mundo. Por supuesto, nuestro José Martí vaticinó su efecto mucho antes:
“Nos parece que cada libro es una respuesta a nuestras ansias, un paso más adelantado hacia el cumplimiento final de nuestros incógnitos destinos. Como que al tender las manos a él vamos a empujar un poco más la puerta que nos separa del misterioso mundo donde se cumplen entre tinieblas las maravillosas revoluciones de lo Eterno” .Libros Nuevos, T.15, p.190.



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