"Leer es como tejer" por Kerala




La escuela de hoy intenta crear lectores, pero ¿importa la calidad o la cantidad? ¿Cómo se forma un lector?¿importa el número de libros leídos?
Vamos a conversar, dime tú: ¿cuántos libros has leído por encargo escolar? También se vale mencionar aquellos recomendados por los amigos, hermanos o padres?¿cuántos de ellos dejaron en ti un recuerdo perdurable?
Hoy en día braman los periódicos: No hay lectores. Los niños y jóvenes prefieren la televisión o los juegos. Entonces la escuela se apura y empieza a diseñar estrategias para la promoción de la lectura. Y comienza la guerra de los números o las payasadas: el salón 5to. A ganó por el número de títulos que leyeron sus alumnos o como aquella directora que se teñiría el cabello de verde si su plantel leía X títulos. Pero no se trata de una carrera ¿o sí?
Simulamos leer cuando no comprendemos, no sabemos darle sentido a las palabras, nos sentimos incapaces de visualizar lo que el texto nos ilustra a través de las letras. Un autor puede levantar una obra maestra como El Quijote de la Mancha, pero no podemos llegar a semejante monumento de la literatura universal si simulamos leer, en voz alta o frustrados, en silencio:
  • Pues no es menester más-dijo el cura- sino que luego se ponga por obra, que, sin duda, la buena suerte se muestra a favor nuestro, pues, tan sin pensarlo, a vosotros, señores, se os ha comenzado a abrir puerta para vuestro remedio, y a nosotros se nos ha facilitado la que habíamos menester.
Y nosotros simuladores, leemos en voz alta con la maestra a quien la directora que se teñirá el cabello las ha puesto a correr. Y Rosita, mi compañera del lado lee muy bien, tiene excelente dicción, su curva de entonación es perfecta, modula como nadie y le creemos. Pero no es verdad.
La simulación empezaba en Cuba con aquellos largos poemas de encendido patriotismo que aprendimos a repetir o con los versos martianos. Pero, solo era memorización estática, no pasaba nada con el lector, ni con el auditorio. El acto de transmitir un sentido se disfrazaba detrás de una representación teatral.
Son los resúmenes escolares, las competencias lectoras, las payasadas y el establecimiento de olimpíadas de lectura lo que han deformado nuestra capacidad para comprender lo que leemos. También ayuda en la escuela el establecimiento de un listado de libros por leer que en nada tienen que ver con la edad lectora o la habilidad lectora.
Cuando abras un libro, establece un universo paralelo. Regocíjate porque estarás viviendo otra geografía, otro entorno, serás otra persona en los personajes que ves. Si llegas al Quijote, visualiza su época, sus vestidos, intenta oler los espacios por donde transitan los acontecimientos y personajes. Acompáñalos para ver, evita los resúmenes y establece un diálogo donde los personajes te ilustren.
Pronto estará en las salas de cine una versión de Alicia en el País de las Maravillas, obra escrita por Lewis Carrol, que pocos se han atrevido a leer. El cine nos llenará de imágenes los ojos, su lenguaje es diferente. Si quieres luchar contra la simulación de la lectura yo te invito a leer: Alicia en el país de las maravillas. Novela corta o cuento largo, deja que tu voz hable como La Reina de Corazones o como el Lirón, pero busca referentes para entender. Un lector es como una telaraña y atando cabos y puentes de lectura se aprende a dar sentido y significado, no lo olvides. Leer es como tejer.
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