No es invento, la burbuja
existe de verdad. A quien le surja la duda, vea el ultrasonido de un bebé desde
sus inicios hasta las semanas finales en que le toca venir a la vida, se darán
cuenta de cómo crece la burbuja.
Dentro no hay aire, porque ya saben que el aire y la comida entran al bebé por el cordón
umbilical que sale desde la placenta de la madre, sino que existe un líquido maravilloso
que ayuda y protege al bebé en el vientre durante el embarazo. Se quedarán
boquiabiertos cuando les cuente todo lo que hace el líquido amniótico. Como por ejemplo, gracias al líquido maduran los
pulmones, se desarrolla el estómago, la vejiga urinaria, los riñones y muchas
cosas más. Con el tiempo se va gastando, poquito a poco hasta que no le queda
al bebé más espacio en donde moverse y quiere salir, porque ya es hora. La
burbuja se rompe y es aquí cuando comienza la vida. Ya no sienten los bebés esa
tibia temperatura, tan recogidos en el vientre de la madre. Ahora lloran, dando
la bienvenida al nuevo mundo.
Foto: Nationaal Archief
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