Ilustraciones:
Arístides Hernández
Narrativa
juvenil. 82 páginas. Editorial Gente Nueva (2011)
Como un
cuaderno de notas, el pequeño Telencio (¡vaya nombre para un niño!) que apenas
llega a los ocho anos de edad, va dejando un testimonio de cruda nostalgia.
Vive atrapado entre dos realidades, dos orillas y el mar de por medio. Hace
alrededor de 6 meses que abandonó la isla de Cuba para vivir en Hialeah, una
ciudad al sur de la Florida en Estados Unidos poblada mayoritariamente por
hispanos como él. Telencio enfrenta un grave problema, y es que no puede
adaptarse a su nuevo entorno. Ha llegado con su madre, pero falta su padre,
quien intentará en toda la historia reencontrarse por todos los medios con su
familia.
Es el
primer libro publicado en Cuba por la editorial Gente Nueva que aborda el tema
de la emigración cubana desde la perspectiva de un niño. Impensable, difícil de
creer que sucediera. Pero la sorpresa esta publicada y distribuida en todas las
librerías del país.
El
testimonio de Telencio resulta visceral, latente en cualquier parte de un mundo
donde sucede constantemente la separación de la familia y la tierra donde se
nace en busca de una vida mejor, ya sea por motivos políticos o económicos.
Los
defectos de la obra se atribuyen a un localismo remarcable. Expresiones,
nombres, lugares, situaciones que carecen de claridad y que limitan la comprensión
para un lector que no conoce ni los entornos ni el modo de actuar de los
cubanos. También mencionar el tono pasivo en que la historia teje su curso,
pudiendo ser mucho más imaginativa sobre la base del argumento. Aquí hay un
buen libro, pero sin que se haya encontrado la forma adecuada de plantar la
historia. Una historia que necesita de sorpresas y personajes más allá de lo común
y el perfil cotidiano.
Nivel de
lectura: 10 años de edad.
Calificación:
Regular
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