"Pequeños Gigantes y el eterno arado" por Kerala


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¿Talento infantil en México? Por supuesto.
Cuando el domingo anterior, en Pequeños Gigantes,  Bianka Marroquin, llenó el escenario con el The do re mi, acompañada por los pequeños, pensé que el programa iba a tomar otro rumbo. Los niños gigantescos con su gracia natural, simulando un instrumento, disfrutando felices.

Pero la yunta torció el rumbo, le siguió Joselyn de 10 años, una espléndida voz que debió entonar, con rostro de mujer despreciada: Te quedó grande la yegua y a mí me faltó jinete.
Metáforas más o menos deben pensar que no lastiman la inocencia. Menosprecio a la inteligencia y el talento nacional. Como el Loto Macho o los estribillos que aderezaron el programa: ¡Mentiroso! ¡Bandolero! o la pura candidez en el Camarón pelao tú quieres/camarón pelao te doy/ con salsita y con limón.
Pero llegaron los cuentos para dormir bien. Charlestein.  Cenicienta y sus hermanastras, floridas, usando el “güey”, como si dijeran tonto o inútil,  en voz de una niña talento, perdida en el buey que guía su arado.  Uy, no es hada, la de la carroza, la del vestido, es un hado:¡ Mehado!, clama la niña de 6 años y grita ¡me enamoré del desgraciado!
Digno homenaje al cine mexicano, a las telenovelas de mujeres sumisas o irreales,  Paquita la del Barrio, a lo “popular”.
Una niña de nueve años dedica su canción a los tres varones del jurado y les camina al frente, levanta su hombro, rompe y rasga: NO me enseñaste como estar sin tiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii…
Risas y aplausos. El momento estelar: el Club de la Comedia con Omar Chaparro, un comediante y conductor que encarna diversidad de personajes, pero para este programa lleno de buenas intensiones,  le sugieren, supongo, que se vista de mujer, que sea un trasvestido cuya única gracia es pegarle un chicle en la frente a uno de los niños talento. Más aplausos.
Y momentos de humor para los padres que ven el programa, no se vayan a aburrir, le hacen un guiño y se menciona a Fabiruchis y su gusto por el Torito y a Ricky Martin y el closet.  Muy gracioso.  ¿Y los niños talentos? Ellos bien, los bueyes que guían la carreta deben andar pastando. Esperen se acerca Monse, la niña que hace reír a todos con su limitación del lenguaje, linda, dice Telesa por Teresa y Cololin Cololado y “tenía colitis y se echaba punes rebuenos”… El pan y el circo decían y yo no sabía por qué.
Y llamen ¡llamen! por su favorito, ponga su dinero por minuto, abra sus bolsillos, mexicano. Si todo esto en la televisión no es nada, cambie el canal. Injurien en las redes sociales a Rodrigo Vidal porque dio su crítica sincera, callen la boca de los expulsados, ignoren este juego despreciable que no es nada comparado con el incendio de la guardería ABC, el desamparo de los niños violados,  la violencia contra la infancia en los hogares, la cantidad de niños trabajando en la calle y viviendo, los problemas de género.
El goce estético que genera la participación de Bianka Marroquín, la marimba Nueva Esmeralda de Oaxaca, las casi 300 personas que tienen trabajo, gracias a este proyecto y  la mayoría de los niños cantantes o bailarines incluidos en este pseudoprograma se quedan en último plano. Estructurado y guiado por guajolotes y bueyes, debería fundamentar el éxito en las virtudes de los niños que representan. La música infantil mexicana, el humor, carisma y talento real deberían ser las  bases para sustentar cada programa dominical, pero mientras siga en el surco estéril donde está varado, los  “bueyes” seguirán rumiando su ignorancia.
Foto inicial tomada en la portada de Televisa
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