Apuesto por el comienzo del film; dura apenas una cuestión de minutos, pero el sueño de Po suponía para mí la totalidad de la película, en un dibujo diferente, atractivo y estéticamente más revolucionario. Vuelven nuevamente las reglas de la diversión y es necesario para los productores recurrir a los establecidos personajes que aseguran el éxito de taquilla sin sacrificar un paso. Regresa una vez más la historia del anti-héroe, que no genera en otras variantes para descubrir a nuevos personajes con otras interrogantes. El protagonista que sueña con un posible, que anhela ser "aquel" y no lo alcanza. En este caso, Po quiere aprender Kong-Fu, pero sus varios kilos de masa, pereza y vida destinada a trabajar en el restaurante de fideos con su padre, lo alejan cada día de sus ilusiones hasta que, por milagrosa suerte, es elegido para poseer el máximo secreto de las artes del Kong Fu.
Dinámica, la película merece aplausos en varias escenas. Kong Fu Panda es una realización feliz.
Dinámica, la película merece aplausos en varias escenas. Kong Fu Panda es una realización feliz.
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